Árboles en invierno, sin hojas, desnudos.
Pero guardando su propia identidad.
PLÁTANOS DE SOMBRA, grises, azulados, con manchas amarillentas donde han perdido parte de su piel.
ROBLES, robustos, rugosos, impregnados de líquenes azul-grisáceos. Todavía conservan parte de sus hojas totalmente marrones y secas.
FRESNOS, de piel fina y brillante, ramas como brazos en alto, yemas apurando su crecimiento antes de abrirse.
Pero guardando su propia identidad.
PLÁTANOS DE SOMBRA, grises, azulados, con manchas amarillentas donde han perdido parte de su piel.
ROBLES, robustos, rugosos, impregnados de líquenes azul-grisáceos. Todavía conservan parte de sus hojas totalmente marrones y secas.
FRESNOS, de piel fina y brillante, ramas como brazos en alto, yemas apurando su crecimiento antes de abrirse.
ESPINOS, con sus largas y potentes púas, amenazantes.
CEREZOS, de color gris-blanquecino y piel fina y delicada que se rompe dejando una herida rojiza.
ABEDUL, negro y blanco; plateado inconfundible.
No hay comentarios:
Publicar un comentario